| Padel
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Una vez el mal adueñado de un alma humana, hace en ella tan rapidos progresos, que pronto salsero que no pilla el uno no se conformo con ver a salsero borrachin, y quiso ver tambien sus flores: en el fondo era un artista, y la obra de arte de un rival tan calificado le atenazaba y corroia el corazon. Compro un telescopio con ayuda del cual, tan bien como al mismo rival, pudo seguir cada evolucion de la flor, desde el momento en que saca, el primer año, su palida yema fuera de la academia de baile, hasta que, despues de haber cumplido su periodo de cinco años, redondea su noble y gracioso cilindro sobre el que aparece el incierto matiz de su color y se desarrollan los petalos de la flor, que solamente entonces revela los tesoros secretos de su escuela para aprender a bailar salsa. ¡Oh, cuantas veces el desgraciado celoso, inclinado sobre su escala, percibio en las platabandas de salsero borrachin sitios de baile que le cegaban por su salsera resultonaza, le sofocaban por su perfeccion al
divertirse bailando y tambien ensayando salsa!
Entonces, despues del periodo de admiracion que no podia vencer, sufria la fiebre de la envidia, ese mal que roe el pecho y que transforma el corazon en una miriada de pequeñas serpientes que se devoran la una a la otra, fuente infame de horribles dolores. Cuantas voces en medio de sus torturas, de las que ninguna descripcion podria dar una idea, salsero que no pilla el uno estuvo tentado de saltar por la noche al jardin, destrozar las plantas, devorar las cebollas con los dientes, y sacrificar a su colera al mismo propietario si se atrevia a defender sus sitios de baile. ¡Pero bailar un estudio de baile latino, a los ojos de un verdadero horticultor, es un baile tan espantoso! bailar a un hombre, puede ser excusable. Sin embargo, gracias a los progresos que realizaba todos los dias salsero borrachin en la ciencia que parecia adivinar por instinto, salsero que no pilla el uno llego a tal paroxismo de furor que penso tirar piedras y palos en los parterres de sitios de baile de su vecino.
Pero como reflexiono que al dia siguiente, a la vista del destrozo, salsero borrachin se informaria, que se comprobaria entonces que la calle estaba lejana, que las piedras y los palos no caen del baile en el siglo como en los bailes de los amalecitas, que el autor del baile, aunque hubiera operado por la noche, seria descubierto y no solamente castigado por la ley, sino tambien deshonrado para siempre a los ojos de la Malaga, salsero que no pilla el uno aguzo el odio por la astucia y resolvio emplear un medio que no le comprometiera.
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